martes, 4 de junio de 2013

¿Alguna vez te has extrañado? ¿Tanto, que no entiendes como es que pasó?
Yo sí, en varias ocasiones; extraño como era, extraño lo que hacía, extraño el cómo hablaba, incluso, extraño el cómo me enfadaba.
Extraño verme en un espejo y poder sonreír, de la nada; extraño el cómo jugaba, el cómo reía; extraño mi ciudad, más no extraño el clima; extraño los momentos, y extraño los recuerdos.
Llega un momento en tu vida en el que debes dejar de fallarte, debes dejar de mentirte, debes dejar de fingir que todo está bien y afrontar de una vez tus problemas; debes solucionarlos, debes borrarlos.

La gente va, la gente viene; la lluvia cae, el humo del café desaparece, el tiempo pasa, las oportunidades no regresan, las lágrimas se limpian, desaparecen; las sonrisas se olvidan, y las miradas se pierden. Hay personas, a las que es necesario dejar atrás, personas que sólo están de pasada en tu vida, algunas más importantes que otras, pero al fin y al cabo, de pasada.
He dejado a mucha gente atrás, a unas aún las recuerdo, su nombre, su voz, incluso logro identificar su olor; a otras, simplemente las he ido olvidando con el paso del tiempo.
Al momento, uno no entiende porque se alejan, pero después, te das cuenta que ya no te hacían falta, que ya no las necesitabas; te das cuenta que todo lo que te enseñaron, era lo que te tenían que enseñar, no les faltaba, no les sobraba, hicieron justo lo que tenían que hacer.

Algunas te enseñan a llorar, otras te enseñan a reír; algunas te enseñan a solucionar tus problemas, otras te enseñan a luchar; algunas te enseñan a bailar, otras a sonreír en momentos difíciles; algunas te enseñan a quererte, y otras, a temer; algunas personas te enseñan lo que es el amor, otras, lo que es la amistad; algunas personas te enseñan a decir no, y otras, a decir lo que tú quieres decir; algunas personas te muestran lo que es el dolor; y cuando alguna se va, te enseña a sufrir, te enseña a extrañar; te enseñan cuan valioso es el tiempo; te enseñan tus miedos, y te empujan hacia ellos, porque tú ya estás preparado para afrontarlos.
Todas las personas, sin excepción alguna, te enseñan algo; a veces son muchas las cosas que aprendes, y a veces sólo unas cuantas…
Todas tienen un significado, pero eso es lo que tú debes descubrir.
La vida es un juego que sube y baja, y tú, debes aprender a jugarla.
No siempre te puedes lamentar, si cambiaste, fue por algo; puedes intentar volver, rescatar algo de lo que solías ser, pero jamás, volverás a ser la misma chica de antes. Cambiaste, ¿las razones? Esas sólo tú las sabes. Nada pasa nunca porque sí, créeme. Debes afrontarlo, tanto las consecuencias como las virtudes; las decisiones las tomas tú, no culpes a nadie más por tus actos. Lo que haces es porque en el momento, es lo que quieres, ¡basta de lloriquear! ¿Acaso te duele? Como a todos, pero al igual que todos, sé que tú sabrás salir adelante. Siempre es así, chica.
El amor te lleva a hacer cosas inimaginables. Por un beso, un abrazo o simplemente una sonrisa te conviertes en un artista, un poeta, un payaso. Por más sencillo que parezca un gesto, para alguien que está enamorado significa el mundo entero, significa llegar al cielo y llevar un sentimiento a lo más profundo del alma.